Tema X: Algunas anotaciones y consejos.
Mi primer consejo para el aprendizaje del bansuri
es tener paciencia y constancia, y no arredrarse si en principio no produce
frutos.
A veces ocurre que al ser el bansuri de material
delgado es muy susceptible a los cambios de temperatura y presión, ya sea de
bambú o de aluminio o plástico como los que yo fabrico, entonces esto deriva en
que presenta una afonía o ronquera que puede quitarse al calentar o no. Por
tanto deberemos probarlo antes de arrancarnos a tocar e ir calentando antes con
algún alankar o melodía para evitar esta ronquera. Si esta persistiese es
preferible desistir de tocar en ese momento e intentarlo más tarde.
Aconsejo para la práctica un lugar agradable y tranquilo, además de
silencioso, del que buscaremos un buen punto de acústica. Oír el sonido claro y
sin distorsión y a veces con un poco de
reverberación ayuda mucho a la percepción de la melodía y su interpretación.
El estado de ánimo también influye en la
manera de tocar. El sosiego es importantísimo y para ello buscaremos momentos
que nos sean propicios para la práctica en los que dispongamos de la totalidad
del tiempo y la atención.
Nadie es capaz de practicar bansuri nervioso, estresado o a la vez que otras cosas. No lo logrará o no obtendrá el fruto deseado.
Tampoco es aconsejable tocar después de haber
comido o ingerido bebidas alcohólicas, aunque esto es más una cuestión
higiénica que otra cosa.
Respecto a la limpieza y mantenimiento de
cualquier flauta tipo bansuri diré que si es de bambú requiere ser limpiada con
un paño ligeramente húmedo y aceitada con aceite de almendra varias veces al
año para que el bambú no se reseque y deteriore. También hay que cuidar y
remplazar el hilo trenzado de los adornos. De igual manera se limpiarán por
dentro con un hisopo adecuado y algún producto no abrasivo.
Las de aluminio y plástico no requieren este
aceitado, pero todas requieren un especial interés en la limpieza de la
boquilla que se suele ensuciar con la saliva y el vaho del soplo. Esto se hará
con un paño húmedo por higiene y estética con cierta periodicidad.
También deberemos evitar que el instrumento, sea
de la calidad que sea, esté expuesto a la intemperie, o a excesivo calor o
frío, por no decir a los golpes que puedan deteriorarlo. Debemos procurarle una
funda adecuada para su protección y traslado; a ser posible rígida por fuera y
acolchada por dentro.
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